Debate

Fútbol menor e infantil: de nuevo, padres que flagelan la formación de sus hijos

Cuatro partidos fueron suspendidos por desmanes en canchas liguistas. La palabra, y preocupación, del dirigente Gustavo Pecini.

“A esta altura, la pregunta es: ¿qué hacemos? ¿Qué hacemos para arreglar esta situación?”.

Gustavo Pecini, presidente del fútbol menor e infantil de la Liga del Sur, intenta respuestas sobre un flagelo que persigue durante muchos fines de semana a nuestro ámbito formativo: la violencia y los desmanes que surgen de allegados —padres y madres, en general— de los propios chicos.

El tema recrudeció el sábado y domingo pasados, días en los que los árbitros debieron suspender nada menos que cuatro partidos en tres diferentes escenarios.

Sucedió con el cotejo de quinta división entre Sporting y Liniers B, los de octava y novena categoría de Juventud Unida de Punta Alta ante Huracán y, finalmente, el partido San Francisco-Bella Vista B, de novena.

“Ya no sabemos qué alternativas adoptar. En su momento, los amenazamos con mandar a la policía y se portaron bien… Un tiempito. Prohibir el ingreso a todos los padres sería una solución, pero cómo hacen los clubes para sobrevivir sin esos bonos contribución que pagan para ingresar a las canchas, siendo que es un dinero fundamental para que la mayoría pueda mantener la actividad”, sostuvo Pecini en el programa Gente de Palabra que se emite por La Nueva Play y CNN Radio.

—¿Los árbitros no tienen la potestad de poder manejar la situación frente a una actitud agresiva de un padre?

—Hay árbitros y árbitros... Algunos hacen caso omiso a lo que planteamos allá por 2017, sobre cómo actuar frente a un hecho puntual de agresión de un padre. Estaba Mariano Petrelli como presidente de la Liga del Sur. Lo transcribimos año a año en el reglamento de torneos. Al primer desliz importante de un padre el árbitro debe realizar una advertencia. Al reiterarse la acción lo invita a retirarse y, si este sujeto no lo hace, entonces el juez tiene la potestad de suspender el partido.

—¿Entonces? Queda claro que con esto no alcanza.

—Tenemos la figura del delegado, quien debe ser el responsable de cada club, tanto de local como de visitante. Es quien debería interceder frente a un hecho de este tipo. Pero muchas veces no van o no se animan. Hoy es difícil conseguir dirigentes, gente que se aboque a ir un sábado, un domingo, a cumplir esa función. Que viaje con los chicos afuera. Y cuando sucede un hecho traumático, los técnicos te dicen: ‘yo no soy dirigente, soy técnico, no tengo por qué hacerme cargo de la situación’. Alguno por allí lo hace con buena voluntad, habla con la gente, le pide calma. Pero no es sencillo.

Pecini, nacido en General Roca y de 59 años, asume que desde hace siete años en los que ejerce su función en la Liga del Sur, ya no disfruta plenamente sus fines de semana.

“De pronto me llaman de alguna cancha para decirme que hay un problema, que esto o aquello. Son muchísimos los partidos que se juegan en el ámbito formativo", contó.

“Ha sucedido que los propios chicos se han dirigido frente a una tribuna o al alambrado a pedirle a la gente o a sus padres que se calmen —continuó—. O que se vayan. Hace unos años tuve una charla con una mujer árbitro que había suspendido un partido por la intemperancia de los padres. Y los propios chicos, ya en el vestuario, le fueron a pedir si podían seguir jugando. Faltaban 20 minutos. Lo siguieron, terminó el partido, y me contaba que en ese lapso todo fue normal, casi no hubo ni infracciones que cobrar. Los chicos se comportaron muy bien. O sea, todos se relajaron. La presión de los padres influye muchísimo. Uno ve que hay chicos que están más atentos a lo que le dicen sus padres que a las indicaciones del propio técnico".

“Hoy se ven situaciones tales como insultar y escupir a un chico que va a patear un córner o sacar un lateral. Una locura. No puedo decir con todas las letras las cosas que le escuché decir a una mujer contra una chica juez de línea. Me da vergüenza ajena”, señaló.

Pecini hizo hincapié a un hecho sucedido en un partido de quinta división entre Olimpo y Villa Mitre.

“Olimpo fue multado, entonces citó a los padres. Nadie se quería hacer cargo. ¿Qué hizo el club? Les prohibió la entrada a los partidos de esa categoría —mencionó—. El problema era que esos padres sí podían acudir a los partidos en los que Olimpo jugaba de visitante. Y había que controlarlos. Finalmente, los padres consiguieron la plata para abonar la multa y recién después la entidad decidió habilitarlos. Con la condición que al menor chisporroteo de nuevo quedaban sin poder ir a ver a sus hijos. Entendieron”.

El dirigente citó otro caso, que involucró a Puerto Comercial.

“Por su mal accionar, un padre le generó al club una multa de 54 mil pesos. Se lo citó y pagó él mismo ese monto”, sostuvo.

Pecini también se refirió a la actitud incomprensible de algunos formadores.

“Por más que estés en desacuerdo con una medida del árbitro, no podés ir a gritarle. Y en forma desaforada. A amenazarlo. ¿Cómo reaccionas, entonces, cuando un chico comete una falta grave? Si vos sos el formador, el que tiene que dar el ejemplo y no lo das, todo se complica aún más”, dijo.

En cuanto a los cotejos suspendidos este fin de semana, señaló que una vez que se expida el Tribunal y se vean los informes, se actuará en consecuencia. “Y de última, se deberá hacer como en el Futsal. Que los clubes pongan seguridad privada. Y que se hagan cargo. Lamentablemente”, señaló…

Recordó que ha habido denuncias por agresiones de hecho a los árbitros. Que no quedaron en un insulto o una amenaza. Y en cuanto al inconveniente que se plantea con la suspensión de algunos partidos, indicó que no resulta sencillo reprogramarlos entre semana y que no afecten el desenvolvimiento en la escuela de los chicos.

“Con fortuna, sin lluvias ni ninguna suspensión por el motivo que sea, el calendario estaría terminando el 2, 3 de diciembre. Estirarlo, traería complicaciones”, relató.

No perder de vista lo esencial

“Recuerdo que cuando llevé a mi hijo Franco a jugar en formativas de Liniers, lo llevé para que pueda practicar una actividad deportiva, sin presiones, formativa. Estudió, hoy está en la Universidad y se fue formando para la vida. Allí radica lo esencial de todo esto”, completó.