`Lautaro es uno de mis í­dolos´

Mario, papá de Lautaro Martí­nez, se emociona al recorrer el camino que hizo su hijo.

Mario es hoy uno de los padres más felices del mundo. Y de los más orgullosos, también. Ex lateral izquierdo de Villa Mitre, Rosario Puerto Belgrano, Racing de Olavarría y Liniers de Bahía Blanca, al hombre no le entra en el cuerpo la satisfacción de ver a su hijo como figura del fútbol argentino ante la inminente venta al Inter de Italia y con un aditamento que potencia su felicidad: que su nene mantiene intactos los valores que la familia le fue inculcando. Desde la tribuna del predio Oscar Zibecchi de Liniers , donde siempre siguió al pibe en los partidos de Inferiores, el papá de la joya de Racing se emociona al evocar todo lo que vio de su hijo en el club que milita en el Torneo Federal B. “Recuerdo cuando Lautaro pisaba estas canchas hace unos años... La meta de él siempre fue ser futbolista. Desde chiquito tenía bien claro su horizonte. Mucha gente te puede decir que no faltaba a ningún entrenamiento. Y si no lo había, venía igual: le preguntaba al técnico si podía ir a la práctica con un arquero para patear tiros libres, definir o trotar. Siempre estaba acá. A veces le costaba llegar porque nosotros vivíamos lejos. Se tomaba el colectivo, a veces venía en bicicleta o caminando”, le dice Mario a Olé.

-¿Qué recordás de la llegada de Lautaro a Liniers?

-Fue en 2007. Tenía edad de escuelita y jugaba amistosos. Aunque todavía no le daba la edad, lo empezaron a poner en Predécima, la categoría más chica de Infantiles. Jugaba por afuera, de siete, con pelo largo y rubio. Era el encargado de la pelota parada. Ye tenía un misil en la pierna. Llegaba al segundo palo en los córners. Desde chiquito le fue metiendo y se dio cuenta de que era su futuro. Cuando volvía de la escuela, dejaba la mochila en casa, se armaba el bolsito con el pantalón corto, los botines e iba a entrenarse al predio.

-Tu hijo siempre remarca que su madurez, pese a su corta edad, obedece a lo que le enseñó la familia. ¿Cómo lo criaron?

-Le recalcamos la humildad y que supiera de dónde salió. Esas son las tres o cuatro palabras que siempre le dijimos. Con mis tres varones hice lo mismo y todos me salieron iguales. Lo de Lautaro es más especial porque su cabeza está preparada para esto. Ha dejado de lado cumpleaños, fiestas o salidas porque al otro día tenía que jugar a las cuatro o cinco de la tarde. Al otro día desayunaba como correspondía y almorzaba pastas con agua. De chiquito ya tenía esa vida profesional. Hoy la mayoría de sus amigos son los de siempre. No se acercan porque está en boca de todos, sino porque siempre los ayudó cuando pudo. Y esos chicos también lo ayudaron a él.

-Hablando de ayudar, ¿tu hijo lo hace con Liniers?

-Sí. te cuento: el año pasado vine a ver una práctica de Alan, que juega en la Primera. Siempre voy a tomar mates a la utilería porque ahí hay gente que ha jugado conmigo. En un momento vi que había cada pelota de un color y que las inflaban duras para que aguantaran al llegar al predio. Me quedé pensando y se lo comenté a Lautaro. Habló con la gente de Nike y pidió unas 15 pelotas, que eran las que se necesitaban. A la semana me tocaron el timbre y apareció la camioneta del correo con las pelotas. También hizo otras cosas anónimas, pero nunca queriendo figurar. Trata de devolverle al club lo mucho que le ha dado. Y no tanto en lo material, sino como persona y futbolista. Si bien los atributos los trae como propios, muchos técnicos acá le han brindado mucho. Tuvo dos semanas de vacaciones y optó por quedarse en el club, en la pileta, comiendo un asado con amigos o prendiéndose a un picadito. Esas cosas no tienen precio.

-Vos que fuiste defensor, ¿cómo lo marcarías a Lautaro?

-Contra Huracán vi como los defensores no podían moverlo y la rapidez con que se levantó del piso después de caer por una falta. Antes, si le hablabas al oído o algo, lo podías sacar del partido. Pero ha mejorado en eso. Además, le cambió mucho el físico, creció en la técnica, en el cabezazo y en el remate con ambas piernas. Nunca sabés con qué va a salir. Pero es muy autocrítico. Después de los partidos analiza sus imágenes. No sólo sus goles y festejos: va a los detalles. Mira lo que hizo mal para no repetirlo.

-¿Lo ves en el Mundial?

-Como papá e hincha de él, lo veo en el Mundial. Sé lo que puede dar, aunque sabemos que corre de atrás porque no tiene roce internacional y compite con varios jugadores a nivel europeo y local. Dependerá de él, como le dijo Sampaoli. En el Cilindro dio una muestra de carácter y de sus ganas de estar. Cualquier pibe de 20 años, sabiendo que en un palco tenía al técnico de la Selección y en otro a emisarios del Inter, no se hubiera metido mucho en el partido. Sin embargo, él lo tomó con la soltura que tenía cuando jugaba en las Inferiores de Liniers o en la Sexta de Racing. Me sorprende su cabeza.

-¿Qué pensás cuando se habla de la cifra récord en que será vendido tu hijo al Inter?

-Hace un semestre tenía un contrato promedio y hoy se habla de cifras millonarias que uno ni se imaginaba. A veces trato de calmarlo, pero la tranquilidad me la da él a mí. Es un pibe al que no lo conmueve tanto lo que es el dinero. Por eso rechazó la oferta del Real Madrid antes de firmar su primer contrato con Racing. Y si hubiera querido asegurarse su futuro, habría ejecutado la cláusula de rescisión cuando se lo quisieron llevar hace poco. En ese sentido, siempre trató de dejarle a Racing más de la cláusula. Ojalá que esto termine bien para todos. Racing nos abrió las puertas cuando él no era nadie a nivel nacional, más allá de que era muy conocido en el ambiente local. Con sólo verlo 10 minutos en el predio, Fabio Radaelli apostó por él y se lo llevó a Racing para ficharlo. Un 22 ó 24 de enero me llamó para decirme que ya tenía a disposición la escuela y la pensión de Racing. El esfuerzo que hizo Lautaro le está dando sus frutos.

-Hablás de él como si fuera tu ídolo...

-Es uno de mis ídolos junto a mis otros hijos. Por ahí, Lautaro está un escalón encima de los otros... Cuando la gente coreaba su nombre y lo pedía para la Selección, se me puso la piel de gallina en la cancha de Racing. Si ya me emocionaba verlo hacer cosas distintas en la Quinta de Liniers, hoy se me caen hasta los anillos cuando lo veo como padre. Lo disfruto mucho.

-¿Cómo tomaste que Tevez dijera que para ir al Mundial la Selección necesita hombres y que Lautaro, contra Unión, no tocó la pelota?

-Me quedé con sus halagos cuando dijo Lauta era el delantero del momento o el mejor del fútbol argentino. Cuando hay críticas de mala leche, no me interesan. Esas cosas no hacen bien. Si yo le transmito a Lautaro ese mensaje, no nos llevará a nada. Yo sé cómo es mi hijo y estoy tranquilo.

Fuente: Diario Ole.