Juega en San Francisco desde muy chico, y sus habilidades sorprenden día a día.
A los 8 años, en una prueba que hizo River en Liniers, le tomaron los datos y empezó a sonar su nombre en algunos de los clubes más importantes del país.
Es enganche, y también se desempeña de extremo. El primero que se lo quiso llevar fue Newell’s por intermedio de Darío Gigena cuando tenía apenas 10, y si bien viajó, se probó y quedó, la familia no terminó de convencerse de algunas condiciones sobre su futura estadía en Rosario.
Dos días después lo llamó Independiente, donde también fue a probarse, y estaba por firmar, pero empezó la pandemia.
Luego, River abrió una búsqueda de jugadores por redes sociales, y pedían videos.
Ahí fue cuando mandaron imágenes y se contactaron enseguida. En ese tiempo también tuvo contactos desde Italia y Argentinos Junios, pero la familia quiso ver primero la posibilidad de River.
River le ofreció pensión completa, que incluye vivienda, comidas, escuela, obra social e indumentaria, y también nutricionista y psicólogo. Y a la familia sólo le otorgarán pasajes y estadía una vez por mes para ir a visitarlo.
Por su salida, San Francisco firmará un acuerdo con la entidad de Núñez para que en el caso de una futura venta, reciba un 15 % de la operación.
Él, hincha de River, ansía llegar a ser jugador profesional.
En 5 meses “Uripichi” se instalará en Capital Federal para empezar ser jugador de fútbol. Asumirá esa responsabilidad por decisión propia y el apoyo de su entorno íntimo.
Mientras tanto, seguirá en Bahía juntándose con sus amigos en la canchita.