Con Nicolás Giordano

Sin la pelota, pero dueño de su destino

Volante de muy buen ida y vuelta, con llegada al gol, en 2014, a los 18-19 años, fue una de las grandes apariciones del fútbol liguista. Hoy, a poco de aquellos dí­as de protagonismo con la pelota, su búsqueda se afianza por otro lado. El del estudio.

Nicolás Giordano, con solo 20 años, representa uno de los innumerables casos de jóvenes que han transitado todo tipo de vaivenes en su etapa formativa como futbolista. Que llegan a Primera, de manera rutilante. Y de pronto... Adiós a la pelota. O mejor dicho, a la alta competencia.

Hoy, parece demasiado lejana aquella noche festiva en la que integró la terna de mejores apariciones del fútbol doméstico. Fue en 2014, durante la entrega anual de distinciones que lleva a cabo el programa televisivo Fútbol de Liga (premio que recayó en Maximiliano Bowen, jugador de Sansinena).

Pero poco parece importarle a Nico.

El, por ahora, sigue despuntando el vicio de la redonda, pero en el ámbito amateur.

Y mientras tanto, cursa la carrera de Periodismo en el Instituto Regional del Sur, además de continuar su proceso de maduración. Aunque ya no como futbolista, sino esencialmente como persona.  

"Podría decir que nací con una pelota bajo el brazo. Tanto mi abuelo como mi padre practicaron este deporte. No me quedaba otra, je. De chico siempre mi regalo de cumpleaños era una pelota de fútbol. Me encanta", resume su pasión, que obviamente sigue cultivando más allá de haber dejado las canchas de la Liga del Sur.

Nico, nacido en Bahía Blanca el 14 de septiembre de 1995, inició sus pasos en el Club Tiro Federal, pasando a Bella Vista en 2009, club donde iba a lograr explotar futbolísticamente.

Con 17 años recién cumplidos, debutó en el primer equipo del elenco “Gallego” jugando un cuarto de hora en un cotejo del Federal B. Y poco más tarde lo haría de titular, en el plano local.

-¿Qué sentiste cuando apareció tu nombre en la lista de convocados a tu primer partido de primera?

-Una emoción muy grande. No me esperaba con esa edad poder disfrutar de esas cosas. Fue el fruto al esfuerzo, a nunca bajar los brazos.

-¿Qué recordás de aquel 12 de febrero de 2013?

-Debuté contra Independiente de Rio Colorado en el Federal B. Ganamos 6 a 1 y jugué aproximadamente 15 minutos.

-¿Y tu primer partido como titular?

-Fue ante Pacífico de Cabildo, por la Liga del Sur. Ganamos 4 a 2 y tuve la suerte de convertir el último tanto nuestro. Al día siguiente me llamaron para dar mi primera nota por la radio.

-Siendo tan chico, ¿cómo cargaste con la responsabilidad de ser una joven promesa?

-Con tranquilidad. Si bien era consciente de lo que me estaba pasando, traté de no volverme loco y seguir entrenando y esforzándome como lo venía haciendo. Muchos sacrificios que la gente no ve, pero que al fin y al cabo me dieron resultado. 

-¿Cuál fue el técnico que más injerencia tuvo en tu forma de jugar?

-Ernesto “El Negro” Ancán. Fue quien me abrió las puertas en Bella Vista luego de haberme ido de Tiro Federal. Me hizo crecer como persona y en lo futbolístico. Tenía una forma particular de dirigir. Le dedicaba gran parte de su tiempo a sus jugadores, a que evolucionemos en todos los aspectos.


Aquellos días en San Lorenzo

-Hablemos un poco de tu prueba en San Lorenzo. ¿Cómo se abrió la puerta para llegar a tener esa posibilidad? ¿Qué familiar te acompañó? 

-Fue por un contacto que tengo allá en Buenos Aires. El marido de mi madrina pudo conseguirme una prueba a través de un conocido suyo en el club. Mi papá fue el que me acompañó y estuvo toda esa semana conmigo.

-¿Notaste un gran cambio en la forma de entrenar entre tu club, Bella Vista, y San Lorenzo?

-Hay una gran diferencia en muchos aspectos. En cuanto a lo físico, se entrena muchísimo más. Si nosotros hacíamos cinco pasadas, ellos hacían veinte. Con el gimnasio pasa lo mismo. Todos los días están metidos una hora y media realizando distintos trabajos y eso forma parte del entrenamiento. Nosotros en Bella Vista no contábamos con todas esas máquinas.

"Después tienen muchas más facilidades. Al ser un club grande, tenés muchos más elementos para poder trabajar y eso te facilita las tareas".

-¿Cómo te fue durante aquella semana?

-Hicimos varias veces prácticas de fútbol y me fue bien. El director técnico me comunicó que tenía que regresar al mes siguiente, pero a las dos semanas sufrí una tendinitis en los aductores que me dejó afuera de las canchas por seis meses. Obviamente no pude volver. Y el tren pasó...

-¿Esto llevó a que dejes de jugar al fútbol? 

Mmm… no. Si bien tuve varias lesiones, las cuales me cansaron en cuanto a estar tanto tiempo parado, sin actividad, fueron otras las causas.

-¿Cuáles fueron las otras?

-El mal año que tuve en 2015. Opté por dedicarme al fútbol dejando al estudio de lado y me salió mal. Durante ese año tuve lesiones y conflictos con el DT que no pude resolver. Es feo matarse entrenando y que del otro lado te tomen el pelo. Llega un momento que no te dan más ganas de ir. Mi cabeza cambió, maduré se podría decir. Y me di cuenta que necesitaba estudiar algo para ser alguien el día de mañana. Cuando llegó el momento de decidir, porque ambas cosas no las podía hacer, me fui por el lado del estudio abandonando la pelota.

-¿No te arrepentís de haber dejado el fútbol?

-Por el momento, no. Si bien lo dejé profesionalmente, sigo despuntando el vicio en el ámbito amateur jugando en la Liga Comercial para Rastro Vieytes. Siempre digo que al fútbol nunca lo terminas de dejar. Y eso lo tenía en claro desde un principio.

-¿Cómo te sentís en este rol de estudiante?

-Me gusta, hacía rato que tenía ganas de hacerlo pero por una cosa o la otra no lo concretaba. Trato de poner lo mejor y llevar la carrera al día.

-¿Crees que haber jugado al fútbol pueda llegar a ayudarte a analizar los partidos desde otra perspectiva? O a la hora de analizar un partido, ¿seguís poniéndote del lado del jugador o lograste apartarte de ese rol?

-Inevitablemente, si. Entiendo lo que es estar en ese lugar. Por eso interpreto quizás un poco mejor al jugador en alguna jugada específica o acción de juego. Y lo que siente adentro de una cancha.