Alejate un poco de las grasas, el azúcar y la sal!

La dieta del futbolista, ya sea amateur, de elite o en su etapa formativa, debe ser variada. Pero es primordial evitar el exceso de grasa saturada y de azúcar, así como de sal. 

Las comidas deben tener una distribución adecuada:

Desayuno. Procurarse desayunar lo antes posible. El desayuno debe aportar la cuarta parte de la ración calórica diaria, evitando la sensación de vacío al final de la mañana y permitiendo una comida más ligera acorde con el ritmo de vida actual... los cereales, la miel y la leche cumplen un importante papel en los desayunos.

Almuerzo. Es aconsejable empezar con una ensalada de verdura. Primer plato con predominio de carbohidratos (arroz, sopas, pastas y papas) evitando proporciones grandes de proteínas. Segundo plato con proteínas sobre todo carne y pescado aunque pueden caber los fiambres y el huevo. Fruta, queso, yogur de postre. Agua como bebida.

Merienda. Un producto lácteo, galletas, fruta y/o jugo de frutas.

Cena. Nos da opción a regular el aporte calórico y de principios inmediatos a base de los mismos platos que nos sirven para el almuerzo.

Después del entrenamiento muchos deportistas no tienen apetito pero es importante que ingieran líquidos durante la primera hora posterior al entrenamiento, para reponer agua y electrolitos, en forma de bebidas isotónicas que contengan carbohidratos. En las horas siguientes, alimentación normal.

(*) Material extraído de la página www.entrenadores.info